miércoles, 6 de mayo de 2015

COLECHO SIN QUERER

Hasta que empecé a empaparme de maternidad con internet no tenía ni idea que era esto del colecho.
Desde el día uno de la vida de cachorrito , en el mismo hospital, darle la teta suponía que ambas entráramos irremediablemente en estado de trance. El sueño se apoderaba de nosotras y caíamos fulminadas las dos. Me parecía normal que el bebé se quedara dormido, calentito, saciado y en el regazo de mamá ... normal! Pero.... ¿ yo por qué?. Al principio lo achacaba al cansancio , pero poco a poco me fui dando cuenta de que daba igual la hora y el sitio que a mí me entraba un modorrón horrible cuando ella se enganchaba al pecho.





Cuando llegaban las tomas de la noche, en el hospital me elevaba el cabecero para estar más cómoda, quedando en posición semi - sentada y me ponía a la pequeña en el regazo. Ella comenzaba a hacer la toma y antes de que acabase yo ya estaba en el quinto sueño. Horas más tarde me despertaba sobresaltada con ella dormidita entre mis brazos. Me quedaba dormida sin querer, con ella encima!! La primera vez pensé, madre mía que inconsciente soy, se me podía haber caído perfectamente, esto no puede volver a pasar. Perfecto; llegaba la siguiente toma ( esta vez no me duermo !!! Decia yo) y pese a poner todo mi interès por mantener los párpados abiertos , sucumbía a morfeo y me acababa quedando frita.  

Lógicamente había que buscar alguna solución porque quedarme con ella dormida en los brazos era muy peligroso, así que cuando ya estábamos en casa probé algunas cosas:
Encender la luz ( a ver si no estando a oscuras no me entraba la pájara) ; Bajarme a la planta de abajo y sentarme en el sillón apoyando a la niña en el cojín de lactancia, encenderme la tele, jugar al candy crash, trastear con Internet con el móvil mientras mamaba... pero no había manera, siempre acababa cerrando el ojo, dejando la luz encendida toda la noche o tirando el móvil y la tabla al suelo más de una vez. Así que me dije ¿ porque no tumbarme en la cama a ver si puedo darla el pecho tumbada? si me quedo dormida allí por lo menos riesgo de que se me caiga no hay. Así que decidimos que durmiera en su minicuna y que cuando pidiera la primera toma ponérmela en la cama para darla el pecho. Y bingo!, yo me quedaba plácidamente dormida y ella también, eso si toda la noche  medio en bolas con el pecho a lo loco, hasta que me despertaba para la siguiente toma.


Habíamos encontrado la solución, pero una solución a medias, ahora nos preocupaba aplastarla o darla un golpe ( porque papa a veces se mueve bruscamente por las noches) así que empecé a indagar por Internet a ver si a alguna mamá le pasaba algo parecido y di con la palabra  hasta ahora desconocida ; COLECHO.
El colecho  como su propio nombre indica es "compartir el lecho" es básicamente la práctica en la que los hijos duermen con los padres, antiguamente era común practicarlo debido a la falta de espacio en las casas,  pero fue desapareciendo conforme fue aumentando el número de dormitorios. Sin embargo desde hace unos años se ha reintroducido el colecho en Europa, formando un pilar importante de la crianza con apego.  Encontramos muchos artículos que hablaban del tema y vimos que había claros defensores y detractores de la práctica; pero todos coincidían en algo, ante todo es una decisión personal que hay que tomar en familia.

Pros del colecho:

  • Los bebés regulan mejor su temperatura
  • Hace que los bebés lloren menos
  • Duermen más y por lo tanto descansan mejor
  • Genera protección y seguridad al bebé
  • Comen más
  • Presenta beneficios para mantener la lactancia materna
  • Refuerzo del vínculo afectivo


Contras del colecho:

  • Puede dificultar la independencia del niño a largo plazo
  • Puede interferir en las relaciones de pareja
  • Riesgo de muerte súbita
  • Incremento del riesgo de asfixia 

Nosotros optamos por colechar de manera puntual, por un hecho en concreto, para evitar los peligros que suponía que yo me quedara dormida. 
Con el colecho encontramos cosas positivas, sobre todo las sensaciones que genera dormir con cachorrito, su olor, su calor, su compañía , oír su respiración, verla dormir, que nos despierte dulcemente por las mañanas...  transmite tranquilidad y ternura por los cuatro costados. Por no hablar de la comodidad que ha sido para mí, ella se servía al gusto por las noches, y yo podía quedarme dormida. 
Pero también le he encontrado sus peros, al principio era inevitable pensar que lo mismo la asfixiaba sin querer ( que se tapara con el edredón demasiado, que con nuestro propio cuerpo la pudiésemos aplastar o que se cayera por un lateral de la cama pese a que ponía la mini-cuna en el borde a modo de barrera) y esta incertidumbre hacía que me despertara un par de veces por la noche. Además ahora conforme se va haciendo mayor, ya no entramos bien en la cama, no tenemos una cama demasiado grande y cachorrito duerme con los brazos estirados en forma de cruz. Empieza a estar incomoda ella y yo también para que engañarnos. 

Ahora si volviera a tener un bebé tendría claro cuál sería para mí la mejor opción, compraría una cuna de colecho, de tal manera que me aportara todos los beneficios pero cada uno tuviéramos nuestro espacio vital, sin llegar a separarnos. Nosotros heredamos una mini-cuna y no íbamos a comprar otra teniendo esa ¿no?

¿ Y vosotras chicas, Colechais? ¿Nos contáis vuestras experiencias?

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1 comentario:

  1. Qué completo el artículo. Muy bien documentado y expuesto. En mi caso mi hijo ya tiene 9 años, pero quién sabe ... jajajaja.

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